Al menos 121 personas resultaron heridas en los incidentes que se produjeron hoy en la plaza de Cataluña, en Barcelona, entre los Mossos d’Esquadra y los acampados del movimiento 15-M cuando los agentes policiales intentaron despejar la zona para que *»los servicios de limpieza pudieran hacer su trabajo»*.

Si bien el 15-M ha hecho saber explícitamente que en toda plaza tomada los jóvenes se organizan en comisiones, entre las cuales destaca aquella a cargo de la limpieza, a las autoridades catalanas les vino el impulso irrefrenable por la sanidad y la limpieza de su plaza principal, en las vísperas de las posibles celebraciones del sábado tras la final de la Champions League en la que se enfrentan el Barça y el Manchester.

A las 7.00 horas, los Mossos solicitaron a los *’indignados’* que desocuparan para que se pudiera limpiar la plaza. Los manifestantes se resistieron de manera pacífica permaneciendo sentados en la plaza y con las manos en alto, pintadas de blanco, en señal de pacifismo.

La mayoría de los heridos son de carácter leve, excepto dos, que presentan fracturas y que tuvieron que ser trasladados a centros hospitalarios.

Con la batalla campal que se armó, las fuerzas represivas se comportaron con exeso de brutalidad, disparando balas de goma contra las personas que estaban en el centro de la plaza, indistintamente de si se trataba de *’indignados’*, simpatizantes o periodistas. Tanto es así, que quienes solo hasta ese momento simpatizaban con los manifestantes, se indignaron tanto que se sumaron a sus reclamos. La situación que se produjo fue de violencia y caos, mientras los activistas no golpearon a nadie ni siquiera en defensa propia.

Mientras los Mossos actuaron con palos y disparando, la gente les respondía con gritos de *’Esta es su democracia’*, con las manos en alto y aplaudiendo. Una vez dispersados optaron por volver a la plaza, haciéndose oír con el grito tan sudamericano de *’El pueblo unido jamás será vencido’*.