A pesar que la masiva marcha no fue autorizada por el gobierno, los miles de ciudadanos que llegaron al prohibido lugar de Plaza Italia, obligaron a la policía a permitir la caminata de estudiantes, profesores, dirigentes y ciudadanía de todas las edades.

La Alameda de Santiago se transformó en un pasacalle de color, teatro y reclamo creativo contra el lucro en la educación. Sin embargo, al final de la manifestación, carabineros bombardeó con gas lacrimógeno, incluso el escenario donde estaban los dirigentes, e irrumpió con violencia y sin distinción contra la ciudadanía activa.

A pesar de la represión, la manifestación cumplió el objetivo de enrostrar nuevamente al gobierno el descontento ciudadano contra el sistema educacional y las desesperadas medidas compensatorias propuestas por el gobierno a través del Gran Acuerdo Nacional por la Educación (GANE).

Frente a esto, la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejos, expresó a radio Cooperativa que queremos demostrarle al Presidente de la República *“que su Gran Acuerdo Nacional es un acuerdo unilateral que no involucra a todos los actores que han planteado este tema en el debate nacional”*.

Sus dichos fueron corroborados por Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, quien apuntó que el movimiento estudiantil *“es demasiado grande, es demasiado contundente, es demasiado transversal”*.

Para Gajardo, el movimiento, *“que cuenta con más del 80 por ciento de la simpatía ciudadana, es un movimiento que demuestra que hay una crisis en el sistema educativo en general”*, recalcando que desde el Gobierno *“no pueden invisibilizar a los estudiantes y a los profesores”*, porque *“somos actores y nos tienen que tomar en cuenta”*.

En definitiva la tosca maniobra del gobierno de prohibir sin éxito la marcha incluso generó controversias al interior de la coalición gobiernista, y una discusión entre el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett y el casi desconocido intendente y ex empresario inmobiliario, Fernando Echeverria, ya que la prohibición no tuvo efecto. Mientras el alcalde afirmó que el gobierno y la intendencia no se hacían respetar, el intendente respondió que el *“evitó una batalla campal”*, si la policía no permitía la caminata ciudadana.

Las masivas protestas ocurren en el momento en que las encuestas le dan menos popularidad al gobierno de Piñera que el que tuvo en su momento la dictadura de Pinochet. Y cuando ocurren fuertes comentarios de un posible cambio de ministros.

Nuevamente, además, en la marcha hubo nula presencia de políticos de los anteriores gobiernos socialistas y democratacristianos que avalaron el actual modelo de educación empresarial.