Murdoch y su hijo James Murdoch han sido citados para prestar declaración ante una comisión parlamentaria británica, sin embargo, hasta ahora, se han negado a comparecer. El pasado miércoles, el Primer Ministro Británico David Cameron solicitó se lleven a cabo cambios fundamentales en News Corp.

Cameron dijo: *“Es necesario que se realicen profundos cambios en toda la organización y pienso que actualmente se torna cada vez más claro que aunque que al comienzo todo el mundo pretendía separar de alguna manera lo que sucedía en News International de lo que sucedía con BSkyB, simplemente no es posible. Lo que sucedió en esa compañía es una vergüenza, debe ser tratado en todos los niveles y deberían dejar de pensar en fusiones mientras ponen orden al desastre que han creado”*.

**Legisladores estadounidenses se unen para solicitar investigación de News Corp.**

Murdoch se enfrenta también a la creciente presión de Estados Unidos en el marco de las acusaciones de que periodistas del periódico News of the World intervinieron el correo de voz de estadounidenses que murieron durante los ataques al World Trade Center hace casi diez años. El miércoles, varios legisladores demócratas y republicanos se unieron para solicitar una investigación por parte del Departamento de Justicia. En la Casa Blanca, el Secretario de Prensa Jay Carney se negó a manifestarse acerca de la posibilidad de una investigación.

Carney declaró: *“No está sobre la mesa en el sentido de que no estamos discutiendo el tema. Todo el mundo lee los diarios y recibe nuevos informes, por lo que estamos al tanto de la situación, pero no… no estamos… me refiero a que estamos tratando otros asuntos. En lo que refiere al Departamento de Justicia y a la Comisión de Bolsa y Valores SEC, simplemente les diría que hablen con ellos”*.

**Ex propietarios del Wall Street Journal lamentan haberlo vendido a Murdoch**

Murdoch es propietario de varios medios de comunicación en Estados Unidos, entre ellos, el Wall Street Journal, que adquirió en el año 2007. El miércoles, varios miembros de la familia Bancroft, que poseía ese periódico, declararon que no hubieran autorizado la venta si hubiesen sabido de las intervenciones de teléfonos.