Craig Murray fue embajador de Uzbekistán entre agosto de 2002 y octubre de 2004. Fue despedido por haber denunciado que la tortura no sólo se estaba utilizando en ese país en el interrogatorio de sospechosos de terrorismo, sino también que el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido fue cómplice, a pesar de declararla ilegal, ya que información obtenida de ese modo fue aceptada y utilizada como válida. Dejando a un lado la falta de fiabilidad de la información obtenida bajo tortura (un punto que Craig Murray investigó e hizo público a sus previos colegas en el Ministerio de Relaciones Exteriores) estos hechos contradecían cualquier declaración que el Reino Unido había hecho en relación a la tortura y su propia posición como país civilizado. Sin embargo la información obtenida bajo tortura se ha considerado aceptable si el Reino Unido no estaba involucrado en su obtención.
En lugar de juzgarlo bajo la Ley de Secretos Oficiales (lo que le habría dado una plataforma para denunciar aún más lo que pasaba en Uzbekistán) el Gobierno prefirió embarcarse en una larga campaña de difamación. Craig informa en su web: «Trataron de destruir mi reputación con dieciocho acusaciones, desde chantaje sexual, irregularidades financieras y hasta alcoholismo, de todo lo cual fui finalmente absuelto. A lo largo de este proceso y todavía hoy, el Gobierno afirma que yo había mentido acerca de la política de colaboración con la tortura.» – Www.craigmurray.org.uk/
Hoy ha sido revelado en nuevos documentos vistos por The Guardian «… que a oficiales del MI6 y MI5 se les permitía extraer información de prisioneros torturados en el extranjero de forma ilegal…». «La política de interrogatorios (detalles de los cuales se cree que son demasiado sensibles para hacerse públicos en la investigación gubernamental sobre el papel del Reino Unido en la tortura y la entrega) instruía a oficiales de inteligencia de alto nivel a considerar la importancia de la información solicitada en relación a la cantidad de dolor que un prisionero debía sufrir. Así operó el gobierno británico durante casi una década. » Http://www.guardian.co.uk/politics/2011/aug/04/uk-allowed-interrogate-tortured-prisoners
Le pregunté a Craig Murray, cuando vino como invitado a hablar después de la cena en el Foro del Reino Unido por la No Violencia, organizado por Mundo Sin Guerras en el 2005, cual había sido la fuerza impulsora en su búsqueda porque se conociera la verdad. De hecho, ello significó el final de su carrera como embajador (para la que se había estado preparando durante toda su vida anterior) y un cambio completo en la dirección de su vida, viniendo por sus antecedentes y círculo social del establishment y transformándose en activista dedicado a los Derechos Humanos. Él contestó: «la decencia humana básica».
Las revelaciones de hoy son de hecho una buena recompensa para su coherencia y una llamada de atención a la población en general sobre lo que está pasando «en nuestro nombre».