Superado este escollo, se produjo la entrada de los
mineros a Madrid a eso de las 22:00 hrs. por la Carretera de la Coruña y entraron por Moncloa, calle de la Princesa, ocupando la arteria principal de la Gran Via hasta llegar a Sol.

La
gente de Madrid les acogió con cariño y respeto. Las calles estaban llenas desde horas antes,
de gente espontánea y también de gente afín a los sindicatos. Los mineros fueron recibidos
por los bomberos que los saludaron como hermanos de fatigas y problemas. Una
vez recibidos los mineros avanzaron iluminando con las luces de sus cascos las calles de la ciudad, donde
se encontraron con miles de personas que les lazaban saludos y gritos de ánimo. Ellos, emocionados, seguían caminando sin dar crédito a sus ojos que les mostraban calles
y calles llenas de gente, un día laborable a las 22:00 hrs. y cuya llegada a Sol terminó pasada
la 01:00 de la madrugada.

Ante tal situación, los mineros lloraban de emoción mientras marchaban e
iluminaban a la vez con las luces de sus cascos las calles que recorrian. En Sol les esperaba una
multitud de gente que les arropó, les saludó y les acogió.

Fue una marcha nocturna sin apoyo del gobierno, pero con el apoyo de los ciudadanos de
Madrid.

Al día siguiente, la marcha de los mineros hasta el ministerio de Industria, fue por la
Castellana una avenida ancha; festiva y por encima de todo No-Violenta.

Mucha
gente se sumó, colectivos de profesores, bomberos, estudiantes, asociaciones de todo tipo,
madres con sus hijos, colorido y alegría. Solo defendían sus derechos y por encima de todo
su derecho a tener un trabajo, puesto que se quiere cerrar las minas de carbón por ser un
mineral considerado obsoleto.

Yo me quedo con una sensación de agradecimiento. Agradecimiento porque estos trabajadores
rudos, seres humanos como todos, dejaron a un lado la antigua lucha agresiva y rabiosa.
Dejaron un perfume de unión entre toda la población trabajadora, una conciencia de que en
la unión de los trabajadores está la posibilidad de resolver los problemas de todos los seres
humanos. Un trabajar todos para estar bien todos.

Quizá su lucha particular no la ganen, quizá por lo obsoleto del carbón como energía, pero
con su marcha que llevó la luz de sus cascos a Sol, conquisten la mayor de
las reivindicaciones de solidaridad entre los trabajadores y el encuentro de todos los seres
humanos para defender los derechos de todos de manera No-Violenta, festiva y rotunda.